Padre,
aunque la noche aún cubre esta tierra,
yo sé que por encima de mí,
Yahvé,
que ve a Sus hijos en la oscuridad,
tendrá piedad de ellos.
Con Poder y Gloria,
El descenderá para disipar
esta noche amenazadora y convertirla en un día radiante.
La Paz y el Amor nos llenarán
y nuestra alma se colmará de Su Luz.
Yo Soy volverá.
Yo Soy regresará.
Yo Soy estará con nosotros.
¡Gloria al Altísimo!
Amén.

4 de marzo de 1991 (29.12.1989) (Extracto tomado de: Una Llamada Nupcial Divina ‘)