16 de diciembre de 1995

(Belén — Con un ermitaño.)

Mi Salvador, ponemos todo nuestro corazón
en seguirte, en temerte y en buscar Tu Rostro
una vez más. ¡No nos defraudes!1

Recibid Mi Paz. Complacedme y decid estas palabras:

“Jesús mi único amor,
Jesús mi inspiración,
compañero de mi alma.

Jesús,
Sólo Tú eres mi copa, mi bebida, mi bendición.
Escóndeme en lo más profundo, de Tu Corazón
hasta que la muerte me libere en el cielo.
Guardián de mi alma,
quédate conmigo dondequiera que vaya.
Amén.”

Que este sea vuestro tema. Os bendigo una y otra vez. El amor está con vosotros. ¿Nosotros? IC.


1 Dn 3,41.