27 de diciembre de 1994
Hija Mía, frágil como eres, ¿puede alguien decir que no estabas dando testimonio en Mi Nombre? Con tal que permanezcas débil y frágil, Yo seguiré cubriéndote con Mi Fuerza. Escúchame y alégrate: Aquel que ha estado alimentándote y llenando tu boca de Maná Celestial, te dice: Mi Retorno es inminente. Vassula Mía, ¡sí, alégrate y estate contenta! Estoy en el camino por el que partí. Mi Retorno está incluso más cerca que cuando tú te convertiste1.
Por el poder del Espíritu Santo, te he educado, hijita Mía, para estar en perfecta unión Conmigo y dar testimonio a las multitudes en Mi Nombre, dándote a ellos al máximo de tu capacidad. Tu fidelidad Me agrada, por eso continuaré edificando Mi Plan en ti hasta que se complete… Y los pobres oirán algo nunca dicho antes y verán en ti Mi Santo Rostro, y los que nunca Me habían conocido, se acercarán a Mí, y aquellos cuyos ojos estaban velados, verán toda Mi Gloria… Quienquiera que sea movido por Mi Espíritu, que hoy sopla en todas partes, será heredero de Mi Reino, y el Padre lo acogerá en el Cielo, junto a multitudes de ángeles.
Yo te bendigo ahora. IC.