9 de julio de 2020

ven, hija, recibe Mi Paz; escúchame y escribe:

Mi Nuevo Cántico de Amor, que os he dado, es un Don que había estado reservado para vuestros tiempos; es Mi Canto Nupcial, cantado por Mí, vuestro Dios;

incesantemente, como la estrella de la mañana entre las nubes, he estado emergiendo de Mi Trono, revestido de Luz Gloriosa para llegar hasta todos vosotros; y cuando abro Mis Labios para cantar un himno a Mi bienamada cada día, cantando junto a todos Mis Ángeles y Mis Santos, un deslumbrante rayo de luz fluye de Mi Boca, con luces de relámpagos, abarcando la oscuridad de este mundo; y como Mi Palabra es la Palabra de Vida, las nubes y la oscuridad desaparecen, disipándose como la niebla con cada Palabra que cae de Mi Labios;

Mis Cánticos están revestidos de Majestad, Vassula Mía, y de Poder Real, trascendiendo los mundos, perfumándolos con Mi perfume Nupcial; Mi Suavidad y Mi Amor son más dulces que el panal de miel; ¿no os he mostrado todos estos años señales de Mi Amor? ¿no os he abrazado a todos con amorosos besos de Mi Boca? ¿no habéis notado Mi Mirada de tierno Amor y la dulzura de Mis caricias en vuestra mejilla, una dulzura que trasciende todos los sentidos? no vaciléis ni dudéis, abrid vuestra boca y Yo os alimentaré directamente con Mi Palabra, que sale de Mi Boca, para obtener la magnificencia de la Sabiduría;

abro Mis Labios para cantar a Mi Esposa 1, que alaba Mi Nombre día y noche; Mi Presencia está dentro de Ella, manteniéndola viva, rodeada de Mis Ángeles que comparten Mi Alegría; aprended que Mi Presencia, en plena Majestad, trasciende la tierra y el Cielo, porque Mi Nombre estremece la tierra, estremece los Cielos, porque ningún otro Nombre es tan sublime ni Majestuoso como el Mío; canto a Mi Esposa para que Me rinda lo que Me es debido, y Yo, por el exuberante Amor que tengo por Mi Bienamada, continuaré manteniendo intactos los Dones Reales que te he dado 2; ¿lo ves? Me estoy levantando en vuestros tiempos como un resplandeciente y radiante sol, en busaca de Mi esposa, por la que suspira Mi Corazón; ¿acaso no tengo derecho a conversar con Mi esposa? 3

y tú que olvidaste a tu Creador y tu Esposo a la puerta de tu corazón, ¿no tienes ningún deseo 4 de salir de tu oscura tumba y ver la deslumbrante Luz de Mi Gloria? ¿no estás dispuesta a que aliente en ti Mi Aliento de Vida? no preguntes Quién es Aquel que se halla ante ti, tras Velos de Divinidad; estoy llamando ahora a la puerta de tu corazón, ya Me has hecho esperar bastante; ¿cuánto tiempo Me vas a tener esperando, amadísima Mía, para abrir tu corazón y reconocerme, porque Yo Soy es tu Rey y Esposo? Él es quién está escondido tras los Velos de Su Divinidad;

Mi apariencia, una figura de Luz, llena de gentileza, con Majestad y Gloria; Mi túnica, suavemente perfumada de incienso 5, reluciendo en el crepúsculo, bordada de oro y zafiros, brillando de piedras preciosas; hasta ahora nunca te has dignado contemplarme en Mi Gloria, que está oculta tras Mi Velo; si abres la puerta de tu corazón, se levantará Mi Velo y se te revelará Mi Santo Semblante, transformando instantáneamente tu aliento en incienso; no desvíes tu mirada, amor Mío, no tiembles, no tengas miedo de Mi formidable Presencia, sino ábreme tu corazón, a Mí, tu Esposo, porque tú siempre Me has pertenecido a Mí y a nadie más; ¿lo ves? abre y pídeme que entre en tu corazón, y Yo lo restauraré con óleo de unción; pídeme que irradie en tu alma, y borraré las tinieblas de tu pecado; en el desierto de tu alma haré florecer la naturaleza; pídeme que borre tu miseria, tu frialdad de corazón y tu incapacidad, y yo te consolaré y te bañaré calurosamente en Mi Luz; con óleo resbalando de Mis Dedos, impregnaré tu corazón 6 para bendecirte, saturándolo y ungiéndolo con la Unción de Mi Nombre, fundiendo tu pobreza y apatía y reemplazándolas definitivamente con Mi Divinidad; Mis besos Divinos en tu frente te marcarán como Mía, así que no permitas que tu debilidad te domine,

porque Yo soy el Dios de los humildes

después, como un Esposo que conduce a su esposa hacia el Altar, tu cabeza apoyada en Mi Hombro, te llevaré a Mi Banquete Real, con Mi Brazo izquierdo rodeando tu cintura, mientras te abrazo estrechamente, de modo que podamos festejar juntos con la generosidad de Mi Casa Real; Conmigo no te faltará de nada; te proveeré y adornaré tu alma con la Gloria de Mi Nombre y Mi Divinidad; te vestiré de brocados, con mirra y áloe exhalando de tus vestidos nupciales; y cuando estemos sentados más tarde, uno junto a otro, en nuestro lecho Matrimonial, recubierto de un dosel dorado, te envolveré enteramente de Mí, borrando los pecados de tu juventud;

te enseñaré con ternura
el camino apropiado que debes tomar
;

confiándote que lleves Mis más preciados dones, Mi Corona de Espinas, Mis Clavos y Mi Cruz como un recordatorio de la Inmensidad del Amor que te tengo; te entretendré, amadísima Mía, enseñándote con susurros amorosos la Oración de Unión, cantando con Mi arpa de marfil Mi Canto de Virtudes y Amor, mi Canto mezclado de Sabiduría; porque estoy loco de amor por ti; y tú, Mi Propiedad, cuanto más llegues a amarme, más profundamente estarás centrada en lo más hondo de Mi Seno;

Mi cercanía a ti dará lustre a tu alma, proporcionándote un nacimiento noble en Mí; porque la noche debe ceder ante la luz; Yo seré tu cobijo durante el día y tu luz de estrellas durante toda la noche; en las dificultades estaré siempre contigo; estaré a tu lado siempre y para siempre… 7 ¿tienes algo que decirme, Vassula Mía?

¡ah! cualquier cosa que diga se quedará corta; pon Tus Palabras en mi boca para que pueda cantarte a mi vez dignamente, por la bondad que me has mostrado; ¿cómo has sido capaz de lograr tanto en un alma tan oscura como la mía? observando mi miseria estoy por lamentarme y llorar…y sin embargo me has pastoreado suavemente sin llevar una vara a tu lado, sin alzar una Ceja, sin lanzarme flechas con Tus Ojos; me has hablado con ternura, con Labios húmedos de gracia, tranquilizándome; Te inclinaste desde el Cielo, desde Tu Trono Celestial que está rodeado de querubines, hasta entrar en mi vida para desposarme, a pesar de mi miseria 8; sin tener en cuenta que Te arriesgabas a desvalorizar Tu Ilustre Cetro;

¡y ahora has puesto un Nuevo Cántico en mi boca! un Canto de alabanza, un Cántico Nupcial, un Canto de Amor para cantarlo a todas las Asambleas…para que se den cuenta de Quién es Aquel que está esperando a la puerta de sus corazones, Quién es ese Rey de Gloria a quién pertenece esta tierra y todo lo que contiene, el mundo y todos los que viven en él…Quién es Aquel que se yergue como una columna de puro incienso, brillando bajo la luz de las estrellas, perfumando el cosmos; ¿y Quién es Aquél que ha preparado un prodigioso Banquete para Su esposa, esperando pacientemente, en silencio, que ella se despierte de la tierra del olvido para ungirla? sin Tu Presencia, seríamos como agua que se escurre, como una sombra que se difumina en la noche, como una estrella fugaz, muriendo en la inmensidad del universo; sin la menor vacilación saliste volando de Tu Trono Real, desde los Cielos, como una Paloma, para venir a descansar en mí 9, en mi espantosa miseria;

desde el valle del olvido, despertaste mi memoria para que Te reconociera, mi Amadísimo Cristo; me levantaste de la fosa de la nada, y así te agarré fuerte, aferrándome al borde de Tu Túnica por miedo a que me dieras la espalda y te fueras; apreté fuerte tu túnica para no volverte a dejar nunca jamás; supe entonces que era de Mi Amado y Mi Amado era mío; Él me poseía a mí pero yo también lo poseía a Él;

Tu propósito se desplegó ante mis ojos, y reconocí el Camino, la Verdad y la Vida, así que ¿cómo podía hacer esperar a Mi Bienamado? con mis mejillas sonrojadas por el total arrebato de gozo, como las de los niños felices, exploté en una alegre risa que resonaba como una corriente de agua, como el murmullo de un arroyuelo, ¡después de reconocer que mi Esposo es mi Redentor y mi Todo, revestido de Majestad, alzándose majestuosamente cono una columna de fragante incienso!

Amadísima Mía, desde que naciste no he hecho ningún secreto de Mi Amor y Fidelidad a ti; ¡antes de que nacieras, Vassula, eras Mía! Mis Ojos nunca se apartaron de ti; te había desposado místicamente 10 Conmigo para que prosperaras en Mis manos, para Mi mayor Gloria, y prosiguieras los designios que Yo tenía para ti; se me conoce por coronar y llevar a cabo todos Mis planes con éxito, porque estoy cargado de Poder Real, Esplendor y Majestad; en efecto, como un Esposo que colma a su bienamada esposa de regalos, te he estado coronando cada momento de tu vida con guirnaldas de Amor, con los Dones más preciados: Mi Cruz, Mis Clavos, Mi Corona de Espinas, porque Mis recompensas son inefables; y ahora, cobra ánimos y pon tu mano derecha en la Mía, y permíteme a Mí, tu Esposo, guardarte únicamente para Mí, con regia prodigalidad, en la Cámara Nupcial de Mi Corazón, tu Hogar permanente;

¡oh, sí! embriagado de Amor, te desposé 11; luego te permití, esposa Mía 12, alzar los Velos que recubren Mi Divinidad para contemplar Mi Santo Rostro día y noche, cara a cara; tus pies perdieron el equilibrio cuando contemplaste Mi Luminoso Semblante, pero te sujeté firmemente con Mi Abrazo y te fortalecí y te infundí ánimo ofreciéndote un Don sublime, te ofrecí participar de Mis Divinos Misterios; te ofrecí a beber Mi Vino Místico; embriagada por Mi Vino Místico, pediste más; victoriosamente te ofrecí Mi Cáliz; te cortejé con todo Mi corazón, ofreciéndote Mi Pan Místico también, Señal de Mi gran Amor y Don del Esposo que manifiesta Su Amor a Su ungida esposa; en la Cámara Nupcial de Mi Corazón, te demostré que eres el hueso de Mi Hueso, la carne de Mi Carne, puesto que te estaba alimentando de Mi Pan y Mi Vino Místicos; ah, Vassula, había reservado esos Dones para ti desde toda la Eternidad para tu Redención;

desde el momento que me hiciste volver a nacer, he proclamado Tu Rectitud, y creo que no he hecho ningún secreto de Tu Amor y de Tu Fidelidad, ni de Tu Bondad hacia mí, en cada Asamblea;

sellaste mi frente con Besos divinos, hiciste que mi lengua estuviera tan dispuesta como la pluma de un atareado escriba; 13 así formas a Tus esposas, las coronas de guirnaldas de Amor, entreteniéndolas con Besos amorosos de Tu Boca, junto con el sonido de Tu arpa de marfil; las vistes suntuosamente de brocados dorados, las coronas de joyas de Tu Corona de Espinas; santificas su aliento, haces caer sobre ellas una lluvia de Bendiciones; y como palomas viajeras, cubres sus alas de oro para llevar por todas partes Tus Bendiciones, a fin de que las naciones griten y canten de alegría;

Dios, eres tan entrañable; eres el más bello; Tu Tema: religión y virtud; Tu Gloria, incomparable; Tu Sendero cubierto de zafiros, conduciendo a la Cámara Mística de Tu Corazón; allí dentro, inmortalizas a cada esposa con Tu Pan y Tu Vino Místicos para entrar dignamente en Tu Reino, ¡mientras Tus Ángeles pregonan Tu triunfo! Y Tú, con Tu señorial estilo, animas a Tu esposa, susurrándole suavemente en su oído: “Yo Soy 14 es ahora tu Esposo, cada día, todos los días, porque estoy unido a ti y soy uno contigo; sumérgete totalmente en Mí, y sé un solo espíritu Conmigo para no pertenecer al mundo; ahora que te he seducido y que estás enamorada de Mí, Yo te poseeré y tú Me poseerás; ahora perteneces a tu Bienamado y tu deseo es por Mí; Yo te transformaré en dios como resultado de Nuestra Divina Unión”;

sí, en efecto, Mi tierna esposa, escucha Mi Voz y disfruta de la fragante Dulzura de Mi Cántico, si tan sólo te dieras plenamente cuenta de lo cerquísima que estoy de ti…; Mi deseo era imprimirte como un sello en Mi Corazón; ahora soy tu dulce perfume, Vassula, abrazándote enteramente; entrelazada Conmigo estás dentro de la Vida 15, perteneces a Mi Casa Imperial; quienquiera que beba dignamente Mi Vino Místico se embriagará de Su dulzura, y brotará en su corazón la sed de más; y cuando coman Mi Pan Místico, su corazón saltará de inefable alegría y satisfacción; a Mi lado, sus almas estarán revestidas de luz, procedente de Mí; impregnadas de Mi Luz, les permitiré entonces dejar caer sus velos nupciales y contemplarme de vez en cuando para endulzar su corazón;

comprende ahora, Mi Amadísima Vassula, que te he criado para Mí mismo y para Mi plan Salvífico, para que seas Mi Eco; te he colocado como una flor entre cardos para recordar al mundo que todas las almas a las que estoy unido se convierten en Mis esposas; quienquiera que Me encuentre, encuentra la Vida; levantaré Mi Voz, cantando hasta los confines de la tierra junto con Mis Ángeles, en los desiertos, en las ciudades, en los cementerios, a todos los habitantes de la tierra para que sepan que, aunque ellos Me hayan olvidado, Yo no los he olvidado jamás, porque son demasiado preciosos a Mis Ojos; MI Cántico convertirá los desiertos en exuberantes jardines, y en las estériles alturas brotarán ríos centelleantes;

haré nuevas todas las cosas…16

ah, en Mi Cántico Divino hay innumerables latidos de corazón, palpitando incesantemente con suspiros de nostalgia, anhelando anunciar Mi Cántico para conmover a cada corazón; no me preguntéis por qué Me llamo ‘Vida’, os dice vuestro Esposo; Yo que estoy por encima de todas las luces, soy la Vida porque sin Mí no podéis vivir ni estar 17 en tinieblas, y nada más puede existir; éste es Cristo, vuestro Salvador, que os dice que os refugiéis en Mi Misericordia;

he manifestado Mi Poder en ti, Vassula Mía, y realizado maravillas; y a través de ti, Mi esposa, he revelado al mundo Mi Ternura y Mi Misericordia; seguiré llenando tu boca de Sabiduría Divina; cuanto más cerca estés de Mí, más fácil será para tu Esposo, junto con Su Madre, que es también tu Madre, seguir cuidándote hasta que alcances la perfección 18; Mi Obra estaría incompleta si Yo no fuera capaz de perfeccionarte en tu amor;

a través de Mi Cántico estoy revelando una vez más Mi Amor Eterno y Mi Fidelidad a Mi Esposa 19; las montañas, las colinas se están haciendo eco de Mi Cántico Real con Bendiciones; los capullos de flores perfumadas se abren al sonido de Mi Cántico, enviando su fragancia hacia lo alto de los cielos, inclinándose profundamente ante Mi Voz melodiosa; te estoy manifestando Mi maravillosa Gentileza, cuidándote como las niñas de Mis Ojos;

así que ven 20 ¿cuánto tiempo más vas a esconderte en tu sombría tumba? ¿cuánto más tengo que esperar aún para que abras la puerta de tu corazón? déjame entrar para desplegarme como un rollo de pergamino y revelarte el sendero de la Vida; te ceñiré con Mi Dulzura y Mi Pureza para que parezcas una torre de marfil; Yo soy tu Vestidura Real;

ah 21, Vassula, bendita de Mi Corazón; desde tus labios, que he ungido, Yo hablaré; actuaré a través de ti, mostrando Mi apariencia en ti como te he recubierto de Mí Mismo muchas veces; no cesaré nunca de conversar contigo y de enseñarte desde la Sabiduría;

¡mirad! ahora os estoy llamando a todos los que sois Mi semilla, que sois el hueso de Mi Hueso, la carne de Mi Carne, para que vengáis a saborear las delicias íntimas del Corazón de Vuestro Esposo ¡y tendréis a la Divinidad entera viviendo en vosotros!

descansa ahora tu cabeza en Mí, paloma Mía, y permíteme descansar en tu silencio; ic


1 La Iglesia y su comunidad.
2 Jesús habla a Su Iglesia.
3 Creo que aquí hay un doble significado: ‘esposa’ representa a la Iglesia pero también al alma.
4 Al mismo tiempo oí la palabra ‘sentido’.
5 El incienso representa la Divinidad de Cristo.
6 El óleo representa simbólicamente la Presencia y el Nombre de Dios.
7 Tras un momento de pausa.
8 Cristo me había mostrado, cuando aún era una niña pequeña, que ëÉ me estaba desposando espiritualmente.
9 En una visión que tuve hace unos años, una Paloma blanca, después de volar en círculos entre la multitud en una iglesia, eligió posarse en mis manos extendidas, permitiéndome estrecharla contra mi mejilla.
10 Cuando tenía unos 10 años, soñé que Cristo me desposaba. Justo después de que Su Madre me recibiera y me ajustara mejor mi traje de bodas con alegría.
11 Espiritualmente.
12 Creo que aquí Cristo habla a todo el que le quiere.
13 Sal 41, 1.
14 El Nombre el Señor: YO SOY:
15 ‘Vida’ puede entenderse como ‘Cristo’ e en el Seno de Dios.
16 Ap 21,5.
17 El verbo ‘estar’ debe entenderse como ‘existir’.
18 Esto me trajo de nuevo el recuerdo del sueño en el que, después de haber sido desposada por Cristo, nuestra Santa Madre me recibió con alegría, arreglándome el vestido de novia, mi pelo y todo para hacerme presentable a Su Hijo.
19 La Iglesia.
20 El Señor llama a todos aquellos que aún no Le conocen
21 Este ‘ah’ era más un suspiro que otra cosa.