19 de septiembre de 1990

Señor,
toma mi alma y mi corazón
y colócalos en el centro
de Tu Sagrado Corazón.

¡Ah, hijita Mía! ¡Cuánto anhelaba oírte decirme esas palabras de nuevo! ¡Cuánto ansío escuchar esas palabras desde el corazón de cada uno!