8 de enero de 1990
¿Señor mío?
Yo soy.
¡Todo esto es increíble!
¡Ah, Vassula! ¡Yo Soy! Deseaba que te convirtieras en Mi mensajera… Yo doy incluso a la más pequeña de Mis criaturas. Bienamada, Mi Amor por ti es mucho mayor de lo que cualquiera pueda entender. He deseado que Me amaras para darme descanso. He pedido a cada uno de vosotros que Me améis con todo vuestro corazón, con toda vuestra alma y con toda vuestra mente. Esta es Mi Ley y el mayor y primer Mandamiento.
Te bendigo, bendíceme. El Amor se deleita en ti.
Te bendigo, Señor mío.