26 de noviembre de 1989
Hijita, la paz esté contigo. Escúchame, sé prudente, no menciones cosas que no provienen de esta revelación. Utiliza Mis Palabras de esta revelación y de las Escrituras. Yo soy tu Maestro, sé prudente, confía en Mí. Yo Soy tu Salvador, Yo Soy tu Santísimo, Yo Soy El Que Soy. ¿Por qué, entonces, no confiar en Mí? Me agradas cuando Me sonríes. Me encanta la fe de niño.
Vassula, ánimo, Yo derribaré a todos Mis enemigos. Ánimo, hija, sé que es duro vivir en el exilio y en el valle de la muerte, pero puedes estar segura de Mi Amor. Yo estoy a tu lado y te ayudaré aun en las cosas más pequeñas. El Amor te ama.