24 de febrero de 1988

(Rodas)

¡Alabado sea el Señor!

Bienamada, bendigo cada paso que das.

Gracias, Padre
¡Gloria a Dios!
Si, Señor:
que Tu Santo Nombre
sea glorificado de nuevo.

Os ayudaré a todos. Restauraré Mi Casa, reconduciré a Mis hijos al Amor. Les enseñaré Mis Caminos de Virtud, porque los han olvidado. Iluminaré a Mis maestros, y llamaré a cada puerta, para darles esperanza, fe y amor. Embelleceré Mi Jardín. ¿Entiendes?

Te doy gracias, Señor y Salvador, por todo Tu Amor y Tu Misericordia. Has abierto la Puerta de la Misericordia y Te doy gracias por convertirte en nuestro Salvador.

¡Era! ¡Oh, era de Desdicha! La hora ha llegado. La hora de vuestra redención está al alcance de la mano. Mi Ecclesia revivirá, porque la Justicia, el Amor y la Paz estarán entre vosotros. ¡Mi Reino está a vuestras mismas puertas!