9 de enero de 1988

Señor, he leído que algunos científicos no creen en los estigmatizados. Dicen que esas personas son psicópatas y que se infligen ellas mismas los estigmas por autosugestión. Reconocen claramente que no creen en los milagros. Dicen que se puede dar una explicación natural de todo, pero ellos tampoco dan ninguna.

La ciencia seguirá siendo el arma favorita del hombre sabio contra Mí. Tengo entre vosotros almas que se niegan siempre a escuchar. Ésas son las más dignas de compasión a Mis Ojos. Ruega por esas almas extraviadas.